Contextualizando un poco, la poesía erótica no era algo innovador, ya que se venía cultivando desde el Medioevo -recordemos el Libro de Buen Amor o a mi querida Celestina- y uno podría soprenderse al ver la profusa producción de versos eróticos bajo las narices de la Inquisición y en aquella sociedad tan "conservadora". Para esto debemos recordar las críticas de la hipocrecía de los clérigos en cuanto a su castidad-el trotaconventos del Lazarillo y su último amo, el arcipreste- y de las monjas también - el Buscón fue galán de monjas. También es necesario notar que la mayoría de los autores de estos versos, si no es que todos, publicaban bajo un seudónimo, en especial si sus versos eran demasiado explícitos:
Primero es abrazalla y retozalla,
y con besos un rato entretenella.
Primero es provocalla y encendella,
después luchar con ella y derriballa.
(Jardín de Venus, No. 5)
(Jardín de Venus, No. 5)
A todo esto, ¿qué es la poesía erótica? En la Antología de Poesía Erótica Española e Hispanoamericana se puede leer que la poesía, es erotismo lingüistico -dado a su uso de símbolos e imagenes creadas a partir de figuras retóricas-, por lo tanto una poesía que hable del tema es un especie de metapoesía. Esto sin entender a la erótica como una simple imitación de la sexualidad sino como su metáfora, según dice Octavio Paz.
Diego Hurtado de Mendoza, fue uno de los pioneros en el siglo de oro en este tópico, ¿por qué razón? Si volvemos a recordar, no es un tema nuevo, pero la estructura italianizante es la novedad que llega a España, junto con el renacer de los clásicos, como Aristóteles y su visión de la comedia, de lo burlesco. Mendoza fue de la casa noble de Madrid. Su padre, Íñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, también fue poeta con temas eróticos, mas su enfoque y estilo son medievales, ya que trata con serranillas en rápidos hectasílabos:
I
Moçuela de Bores,
Moçuela de Bores,
allá do la Lama,
púsome' en amores.
II
Cuydé de olvidado
amor me tenía
como quien s'avía
grand tiempo dexado
(Serranilla IX)
II
Cuydé de olvidado
amor me tenía
como quien s'avía
grand tiempo dexado
(Serranilla IX)
El estilo de Hurtado de Mendoza es con endecasílabos y, a veces, con imágenes de deidades griegas como Venus o Diana; a las cuales, baja del Olimpo y la seriedad respetuosa con las que son tratadas, por todos los poetas fieles de los clásicos, y los clásicos mismos, al tratarlas como serranillas. Esto se puede ver en la siguiente estrofa hablando de la diosa Diana:
Señora, la del arco y las saetas,
que andas siempre cazando en despoblado,
dígame, por su vida, ¿no ha topado
quien le meta las manos en las tetas?
El típico poeta renacentista es capaz de tocar cualquier tema sin perder el decoro -tocar los temas elevados con personajes elevados, en tono solemne y trágico, y tocar los temas de mofa con personajes plebeyos y grotescos-, pero, pese a que Diego Hurtado de Mendoza tiene muchas formas renacentistas, su arte no es elevado según la Poética de Aristóteles, porque mezcla reyes y payasos -como Lope de Vega hará después- haciendo burla a todos por igual. Así mismo podemos notar ciertos aires incipientes del barroco, ya que, aún cuando la mayoría de las veces es muy literal, ya empieza a usar el retorcimiento para no dar la idea directa, como se ve a continuación en su loa a la zanahoria:
Que cierto es una fruta muy probada ,
Ó raíz, por hablar más propiamente ,
Dulce, tiesa, rolliza y prolongada.
Pareceros há fria , y es caliente ;
Tiene un gusto suave y muy cordial ,
Para entretenimiento de la gente.
Ó raíz, por hablar más propiamente ,
Dulce, tiesa, rolliza y prolongada.
Pareceros há fria , y es caliente ;
Tiene un gusto suave y muy cordial ,
Para entretenimiento de la gente.
[...]
Oí decir que un médico gabacho
Afirmaba que macho y hembra era,
Pero siempre la tuve yo por macho.
Y cierto ella es macho' en la manera
Y barba, y si de nombre es femenina,
De natura es pujante y abridera.
La forma fálica de la zanahoria es muy evidente, no obstante, los poetas barrocos tendían a comparar cosas disímiles, para desatomatizarlas, y la idea del autor es hacerla más obvia con sus insinuaciones inocentes: "Dulce, tiesa, rolliza y prolongada / Pareceros há fria , y es caliente". Quizá es exagerado afirmar la inocencia de las palabras, porque el buscar siempre los dobles sentidos no es exclusivo de ninguna época.Afirmaba que macho y hembra era,
Pero siempre la tuve yo por macho.
Y cierto ella es macho' en la manera
Y barba, y si de nombre es femenina,
De natura es pujante y abridera.